En este momento pasan por mi cabeza imágenes de El hombre que pudo reinar, y me veo como Pecky Carnehan asegurándole a Danny Dravot que si tuviera que olvidar sus recuerdos no se cambiaba ni... ni por el virrey de la India. Será la lógica del corazón: cuando el contador de la vida marca 61.00, sientes que estás hecho de la misma materia que los recuerdos, y no de los sueños.
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